10 conceptos financieros que todo emprendedor debe conocer

10 conceptos financieros que todo emprendedor debe conocer

En el artículo de hoy, quiero hablar de algunos conceptos financieros que te resultarán especialmente útiles para que tu riqueza aumente de forma constante a lo largo del tiempo, actuando de forma inteligente con el dinero.

Robert Kiyosaki decía que él no trabajaba por dinero, sino que ponía al dinero a trabajar para él. Si quieres hacer lo mismo, necesitas conocer los conceptos que te voy a mencionar a continuación.

Además, estos conceptos pueden resultarte útiles en tu tienda online en Shopify, porque, además de permitirte mejorar a ti económicamente, puede que sean una forma de aumentar los beneficios de tu empresa cuando esta va tan bien que te sobra liquidez.

 

Activo

Un activo, para explicarlo de forma simple, es una posesión que no te genera gastos, sino que te aporta ingresos. Es decir, algo que pone dinero en tu bolsillo en lugar de sacar dinero de él (como diría Kiyosaki).

Dentro de los activos hay una gran cantidad de opciones donde elegir: bonos, derivados, acciones, alquileres…

Tienes que tener en cuenta que, en la mayoría de casos, los activos tienen un riesgo asociado, puesto que cuestan un dinero, y tienes que hacer un cálculo para ver si, en el futuro, ese coste inicial se compensará o no.

Hay que tener cuidado, porque un activo, en términos financieros, no es lo mismo que un activo en términos contables. El solar de una empresa (asumiendo que está vacío, sin alquilar, ni nada), es un activo en el balance, pero es un pasivo financiero, porque implica gastos sin ingresos.

 

Pasivo

Un pasivo es lo contrario a un activo. Es una posesión que te obliga a gastar dinero de forma recurrente o puntual, y que no te genera ingresos. Es decir, una posesión que saca dinero de tu bolsillo en lugar de ponerlo.

Dentro de los pasivos, podemos hablar de prácticamente cualquier tipo de propiedad: un coche, una vivienda, una moto, o los juguetes de tus hijos.

Son pasivos porque no te van a generar beneficios por sí mismos, sino que, probablemente, te obliguen a incurrir en gastos por temas de reparación, amortización y demás.

Conviene hacer una matización. La vivienda en la que tú vives es un pasivo, pero una vivienda que alquilas, es un activo. La primera te quita dinero, la segunda te lo da.

Es por ello que es más inteligente comprar una vivienda para alquilarla que para vivir en ella (lo cual suele parecer contraintuitivo).

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Riesgo y gestión del riesgo

El riesgo es un concepto clave en el mundo financiero, porque, en gran medida, es lo que permite que haya beneficios, y da sentido al activo.

Por ejemplo, ya hemos hablado de que una vivienda para alquilar es un activo. Sin embargo, cuando compras esa vivienda, asumes un riesgo, y es el de que la zona en la que está ubicada se deprecie, y el alquiler pase a valer menos.

La consecuencia de eso es que tu cálculo empresarial ha sido erróneo, y puede que jamás llegues a recuperar totalmente el dinero que has invertido.

Por lo tanto, ese riesgo es una constante en el mundo de las finanzas.

Puesto que hay riesgos, conviene que haya gestión del riesgo. Y la forma de gestionar el riesgo más habitual es la de no invertir cantidades elevadas, sino una pequeña fracción del capital que posees (aunque esto es discutible).

Si te interesa el tema y te gusta ser precavido (conviene serlo), te invito a que busques estrategias de gestión y control del riesgo, porque hay una gran variedad y no todas se pueden incluir en este artículo.

 

Valor esperado

El valor esperado es el valor que se espera que tenga un determinado activo (o pasivo, que, en este caso, juega un papel de activo, porque se espera que genere una rentabilidad futura).

Por ejemplo, la misma vivienda de la que estábamos hablando antes (aunque puede que sea una acción o cualquier otro bien): Puede que el precio del metro cuadrado en la zona de dicha vivienda sea de 700€/m2.

Sin embargo, hay un plan para hacer que el tren pase por esa zona, mientras que actualmente no pase. Tú, que eres una persona inteligente, sabes que, cuando el tren pase por esa zona, dentro de, digamos, cinco años, la actividad económica de ese pueblo aumentará.

Así que, haces el cálculo, y esperas que, dentro de 10 años (cinco para la llegada del tren, y otros cinco años más de crecimiento económico), el precio del metro cuadrado pase a ser de 1400€/m2.

Has conseguido doblar el precio de tu vivienda, que, a un plazo de 10 años, implica una rentabilidad anual del 10%. Si la vivienda te costó 100.000 euros, el valor esperado es de 200.000 euros en diez años.

Lo mismo puede aplicarse a una tienda online en Shopify (para que no parezca que este es un tema totalmente ajeno). Perfectamente puedes comprar una tienda online de un producto que actualmente no es muy conocido, pero sí lo es en el mercado americano.

Como suele suceder, los productos tardan un poco más en llegar aquí (como sucedió con Kindle), pero sabes que, cuando llegue, las ventas se multiplicarán. Si el dueño de la tienda online no es consciente de esto, puede venderte la tienda por 50.000€, por ejemplo, mientras que el potencial que tú le ves puede ser de más de 200.000€ a dos años vista.

               

Coste de oportunidad

El coste de oportunidad es un concepto relativamente sencillo, y hace referencia a lo que renuncias por realizar una inversión determinada.

Por ejemplo: Si tienes 10.000 euros y compras unas cuantas acciones en bolsa, no solo has gastado ese dinero en esas acciones, sino que has renunciado a gastar ese dinero en comprar un pequeño ecommerce.

Se ve muy claramente con un ejemplo del día a día: Hacer la declaración de la renta. Si haces personalmente la declaración, probablemente inviertas cinco o seis horas en hacerla, mientras que en una gestoría te cobrarían 50€.

Supongamos que tu hora de trabajo vale 40€. Pues el coste de oportunidad de realizar tú mismo la declaración de la renta, porque no quieres pagar 50€, es la pérdida de los 150€ que podrías haber ganado si esas horas las hubieses dedicado a trabajar (menos los 50€ que pagas a la gestoría).

 

Coste irrecuperable

Un coste irrecuperable es un dinero que se ha gastado y que ya no se podrá recuperar. Este es un término que se utiliza, generalmente, para hacer referencia a los pasivos. Por ejemplo, si gastas el dinero en un coche, ese dinero ya no lo podrás recuperar.

Sin embargo, el concepto también puede utilizarse en los activos. Si compras una tienda online de productos homeopáticos porque crees que la tendencia va a ser alcista, y, de un día para otro, el gobierno prohíbe la venta de este tipo de productos, perderás tu dinero de forma irrecuperable.

En este punto, el riesgo (mencionado anteriormente) ha conducido a un coste irrecuperable.

 

Valor en el tiempo del dinero (interés)

El valor en el tiempo del dinero, o ley de la preferencia temporal, hace referencia al hecho de que el dinero hoy, vale más que mañana. Esto puede parecer algo extraño para el que no está especializado, pero con un ejemplo se ve muy claramente:

¿Cuánto debería pagarte dentro de un año, para que hoy renuncies a 1000€?

Esta pregunta se hace muchas veces y a muchas personas, porque todo el mundo tiene proyectos empresariales que necesitan dinero, por lo que se piden préstamos que implican que la otra parte renuncie a su dinero HOY, para recibirlo dentro de un tiempo.

Es lo que se conoce como tipo de interés. En un sistema monetario sano (no influido por los bancos centrales), el tipo de interés tendería a reflejar la preferencia temporal de la sociedad.

Si el tipo de interés es del 2%, se puede decir que la sociedad, en general, prefiere 1020€ dentro de un año, que 1000€ hoy. Si el tipo de interés es del 10%, significará que la gente valora mucho más el dinero presente, y que solo renunciará a 1000€ hoy por 1100€ en un año.

 

Apalancamiento

Por apalancamiento se entiende, esencialmente, endeudarse. Es una forma un poco más técnica de hablar de deudas y créditos. Por ello, cuando escuches en la televisión que las familias españolas “están desapalancándose”, significa que están reduciendo su deuda.

Es un término financiero muy importante, porque el apalancamiento puede jugar tanto a tu favor, como en tu contra, dependiendo del caso.

Por ejemplo, si ves un ecommerce que crees que tiene perspectivas de crecimiento, y pides un préstamo para pagar el precio que te piden por él, y la tienda online prospera, ese apalancamiento te habrá resultado positivo.

Sin embargo, si la tienda online deja de ir hacia arriba y empieza a ir hacia abajo, porque a la gente ya no le interesa ese producto, habrá sido una mala inversión y ese apalancamiento se volverá en tu contra.

Otra forma de ver el apalancamiento es hablando de deuda “buena” y deuda “mala”. En términos de educación financiera, se suele hablar de la deuda buena como aquella que se paga sola, mientras que la mala hay que pagarla con trabajo.

¿Cómo se paga sola una deuda? Por ejemplo, en el caso ya mencionado de la tienda online, con los beneficios que genera.

Tú has pedido un crédito y tienes que devolver setecientos euros cada mes. Tu tienda online genera 800, así que es una deuda buena, porque te sale “gratis”.

 

Interés compuesto

El interés compuesto, en palabras de Einstein, es la fuerza más potente del universo.

Esencialmente, el interés compuesto hace referencia a cómo se multiplica la riqueza cuando nos pagan un interés por ella y reinvertimos esos mismos intereses.

Es un poco complicado, pero existen calculadoras que te pueden ayudar a calcular cómo aumenta el beneficio a través del interés compuesto.

Por ejemplo, si inviertes 1000€ al 5% durante un año, al año siguiente tendrás 1050€. Parecería de sentido común que si, en vez de un año, fueran 10, en vez de 1050, recibieras 1500€.

Pero no es así. El interés compuesto hace que esos 1000€ al 5% (reinvirtiendo los intereses), se conviertan en 2707€.

 

Inflación

Por último, debes conocer al demonio: La inflación.

La inflación se suele definir como el aumento generalizado de los precios, aunque es una definición bastante errónea, como explica la Escuela Austríaca de Economía.

La inflación, en realidad, es la pérdida de valor del dinero. El aumento de los precios es una consecuencia (si un melón vale 10€, y el euro tiene menos valor, necesitarás más dinero para comprar el mismo melón).

La inflación debe tenerse muy en cuenta porque, si esperamos recibir una rentabilidad del 3% en una inversión, pero la inflación es del 5%, en realidad estaremos teniendo una rentabilidad negativa del -2%.

Es por ello que los países con inflaciones altas son lugares arriesgados donde invertir, porque es mucho más difícil calcular las rentabilidades que en lugares donde el valor del dinero se mantiene relativamente estable.

 

Como puedes ver, existen conceptos financieros que todo emprendedor debería conocer, porque son realmente útiles a la hora de mejorar las finanzas personales, así como las finanzas de tu tienda online en Shopify.

¿Y tú? ¿Conocías estos conceptos? ¿Hay alguno que no te haya quedado claro? ¿Crees que habría que incluir alguno más para que las estrategias de inversión y rentabilización sean mejores? ¡Cuéntamelo en los comentarios!


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2 comentarios

  • jhon Ceballos
    jhon Ceballos
    August 22 2016, 03:08PM

    Hola muchas gracias por los contenidos siempre son muy pertinentes, pero he notado algo cuando me llegan los mensajes al correo tienen un titulo, pero cuando voy a leerlos es sobre otro tema, Gracias

  • @Shopify Rosa Salazar
    Rosa Salazar
    August 23 2016, 11:18AM

    Hola Jhon
    Gracias por tu comentario.
    Una disculpa por los correos que has recibido, estamos realizando algunos cambios.

    Saludos

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